lunes, 1 de octubre de 2012

Abriendo el libro

                Para empezar con la experiencia de la planificación y diseño de exposiciones se nos ha sugerido la lectura del libro Dossier metodológico: Montaje de exposiciones, escrito por Juan CarlosRico, museólogo y doctor en arquitectura por la ETSAM y en arte por la Universidad de Salamanca, editado por la Universidad de Cádiz junto con la parte correspondiente de la Junta de Andalucía dentro del llamado ObservatorioCultural del Proyecto Atalaya.
                Y, tras esta presentación con más títulos y nombres que la casa de Alba, diré que un servidor (que es un valiente y también un poco perezoso a la hora de entrar en materia) ha decidido leérselo de principio a fin.

                La cuestión ahora. ¿Merece la pena? Pues si eres un novato, alguien que viene de algún campo relacionado o no con el montaje de exposiciones y que pretende empezar en el mundillo; sí. Es como una especie de curso cero en el que se presentan las bases y, sobre todo, se incita a la reflexión y la crítica al enfrentarse a cualquier tema.
                Nos saludan aquí ya los actores básicos de una exposición: contenido, contenedor y espectador. También aparecen los dos polos que corresponden a su disposición espacial: lineal o en galería y continua o rotonda. Toda la cuestión expositiva se reducirá pues a la definición y el control del diálogo entre contenedor y contenido que deberá poder ser leído y comprendido por el espectador desde la perspectiva que le propongamos, algún punto en balance entre un estilo lineal más narrativo y uno continuo con una visión más global.

                ¿Y para un estudiante de arquitectura en un ejercicio sobre una exposición? Venga, también. Si algo tiene este libro es que está muy bien estructurado, sólo el índice ya va dando información sobre el propio proceso expositivo y, después, cada apartado del libro acaba con un esquema resumen muy clarificador. Tener cerca esos esquemas sobre tipos y cualidades de un contenedor, relación contenedor-contenido, percepción, o los puntos básicos de la redacción de un proyecto, creo que puede ser de gran ayuda e incluso puede ser interesante seguirlos.

Es útil que te aclaren lo básico, por supuesto, pero no te creas que esto es un manual que seguir al pie de la letra. De hecho del análisis de la metodología, que es el cuerpo central del libro, aprovecharía pocas líneas. Me refiero a que no pretendemos nosotros realmente que nuestra exposición se materialice sino hacer propuestas interesantes. Quédate con los conceptos, el aprender a reflexionar, quitarte prejuicios. Los consejos de experto para la ejecución de la obra, aunque interesantes, no son vitales para nosotros. Esos errores comunes en acciones o decisiones técnicas por falta de planificación, previsión o simple desconocimiento, nosotros no llegaremos a cometerlos o al menos no sufriremos las consecuencias porque no vamos a desarrollar la exposición (esa suerte/desgracia tenemos). Y los caballos de batalla del museólogo sobre la no preparación de los diseñadores de exposiciones en cuanto a planificación o conocimiento sobre presupuestos, la poca autosuficiencia de las entidades culturales y museísticas, o la repetida falta de infraestructuras adecuadas en centros expositivos son válidos como conocimiento y ayudan a formar nuestra opinión pero se quedan fuera de lo que puede ser útil para nuestro ejercicio.
                
Son, en cambio, más estimulantes los apéndices. Que son apéndices por quedar un poco en el margen de la descripción del método pero no por su falta de importancia o interés. Plantea cuatro temas: 
Límites del montaje, en el que se repite sobre que no hay que valorar más a priori a ninguno de los tres actores en la exposición, y lo hace con el fin de que sigamos aprendiendo a reflexionar en cada caso sobre el discurso más apropiado en función de las circunstancias.
Lenguaje virtual. Se comenta que es muy interesante poder experimentar diferentes opciones antes de empezar el montaje de la exposición y elogia las posibilidades que dan en este sentido las nuevas tecnologías.
Como reflexión se queda corta pues sólo nos informa de que hay herramientas de representación virtual que antes no había (cosa que creo que todos conocemos) pero no parece que cambie en nada la forma de afrontar el diseño para con respecto a cómo se hacía con técnicas de representación virtual más tradicionales (lápiz y papel, maqueta, retoque fotográfico,…).
Creo que se pierde la oportunidad de conocer una opinión experta y formada de lo que supone una exposición virtual, en un medio digital; a día de hoy ya se están desarrollando temas muy interesantes en el diseño de páginas web. Aquí el contenedor, la sala de exposiciones, el paisaje, es puramente virtual. Un nuevo mundo al que Juan Carlos Rico no se acerca.

Encuentro interesante para nuestro ejercicio el que aquí debía ser tema marginal, los estudios previos y el diseño, y las distintas formas de acercarse a una obra de arte que conforman diferentes escalas en la contemplación.
Sala de exposiciones. Poco más que explicar, tipos y diseño. Interesante para nuestro caso particular en el Palacio de Cristal del retiro son los apartados de luz, señalética y edificios históricos.


Finalmente, el paisaje. Un artículo interesante en sí mismo. Cara al ejercicio el concepto que más me ha motivado para indagar en él es el de la arquitectura en el paisaje donde el edificio es, al mismo tiempo, contenedor y contenido según la escala a la que se le aprecie.

         P.D.: Sólo una nota para terminar, me ha sorprendido cómo es posible que un texto en el que participan tantas entidades y personas del mundo de la cultura pueda contener tantas (3 o 4 ya son muchas) faltas de ortografía.

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